El ser humano, por naturaleza, tiende a dividir, clasificar y ordenar sus conocimientos y todo aquello que percibe en su entorno. El medio en que vivimos, nuestro planeta, no escapa a esta regla, el gran ecosistema terrestre, se nos presenta con múltiples facetas.
Dividido en una serie de paisajes. Todos ellos presentan unas características propias y peculiares, que no son otra cosa que la manifestación de las particularidades de cada uno de esos ecosistemas.
A continuación, vamos a ver, los principales biomas que configuran el paisaje terrestre. Recordando siempre que no se trata de entidades aisladas entre sí, sino que guardan una estrecha relación entre ellas, formando parte de esa extensa red que es el ecosistema terrestre.
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¿Qué es un ecosistema?
Un ecosistema se define como el conjunto de organismos vivos que conviven en un mismo hábitat o entorno.
Los diferentes organismos dependen unos de otros, así como del medio material en el que se asientan. El conjunto de seres vivos forma poblaciones; estas, a su vez, y junto con el medio físico en el que se asientan, constituyen ecosistemas.
Cada ecosistema tiene sus propias especies y dentro de él se mantiene el equilibrio gracias a que cada especie utiliza una serie de recursos diferentes y se adapta a unas condiciones concretas que constituyen el nicho ecológico.
Son ecosistemas: un lago, un prado, un bosque o un desierto. Es más, la biosfera está constituida por un mosaico de ecosistemas, cada uno de ellos integrante de otro mayor, hasta llegar finalmente al ecosistema global, que sería todo el planeta.
Hay ecosistemas muy complejos que han llegado a un alto grado de equilibrio y diversidad; en ellos subsiste un gran número de especies, cono ocurre en la selva tropical.
Estos ecosistemas son muy sensibles a cualquier alteración, especialmente a la intervención del ser humano, ignorante de las leyes e influencias que regulan las condiciones biológicas de los ecosistemas. Un ecosistema tiene cierta capacidad de autorregulación y puede recobrar su equilibrio si el daño producido no ha sido vital.
Los seres vivos requieren un sustrato, o medio, donde residir y encontrar su alimento, así como una fuente de energía con la que transformar esta en sustancia orgánica propia. El medio, ya sea el agua, el aire o el suelo, y la energía, procedente del Sol o de reacciones químicas, constituyen los factores físicos de cualquier ecosistema.
Dependiendo de estos factores y de la naturaleza, se pueden distinguir distintos tipos de ecosistemas. Y estos tipos de ecosistemas, al mismo tiempo se dividen en subtipos con respecto a los diferentes organismos que los habitan.
Tipos de ecosistemas
Según su naturaleza, los ecosistemas pueden clasificarse en los siguientes tipos:
Ecosistema terrestre
El ecosistema terrestre dependerá del sustrato en el que se encuentre, es decir, de las características de la tierra en la que se desarrollan los organismos vegetales y su fauna.
Existen diversos ecosistemas terrestres, los cuales dependerán del suelo y el clima en el que se desarrollan la vida que se encuentra en él. Entre estos tipos están:
Ecosistema desértico
La escasez de precipitaciones es el rasgo más característico de cualquier desierto, pues en lo que respecta a las temperaturas los hay tanto fríos como cálidos.
Pero no son un medio carente de vida. Esta adopta formas especiales que le permiten superar las duras condiciones imperantes.
Hablamos de desierto siempre que, en promedio, las precipitaciones anuales no llegan a los 250 mm. La escasez de agua hace que la principal preocupación de las plantas sea capturar la máxima cantidad posible. Así, pueden tener raíces muy largas.
También, pierden el mínimo por transpiración, lo que resuelven transformando sus hojas en espinas y realizando la fotosíntesis a través de los tallos.
Lo mismo sucede con los animales. Las aves pueden volar a distancia en busca de agua, pero los animales terrestres han adaptado su fisiología para aprovechar al máximo las escasas disponibilidades de este elemento.
Ecosistema forestal
En este tipo de ecosistema, la vegetación que se evidencia son en su mayoría árboles y flora en general, representando aproximadamente un 25% de la superficie terrestre global.
Dependiendo de factores como la temperatura, la frondosidad y la humedad, se pueden distinguir diferentes tipos de ecosistemas forestales, entre los que se encuentran:
Los bosques de frondosas:
Se caracterizan por una vegetación de hoja ancha y son en su mayoría plantas angiospermas. En ellos, abunda una gran variedad de especies y fauna. Un ejemplo de este ecosistema, son las selvas.
Los bosques de coníferas:
Este tipo de bosque se caracteriza por tener plantas gimnospermas, lo que significa que no poseen frutos. Sus hojas son perennes aciculares. Un ejemplo de este ecosistema, son las taigas.
Los bosques mixtos:
En los bosques catalogados como mixtos, existe una combinación entre los bosques de frondosas y los bosques de coníferas.
Ecosistema montañoso
En este ecosistema, el aumento de altitud hace que disminuya la temperatura. También que el oxígeno sea más escaso y que la radiación solar sea más intensa. Al mismo tiempo, el régimen de precipitaciones es más elevado que en las llanuras circundantes. Otro factor que hay que tener en cuenta es el viento, a menudo intenso.
Todos estos condicionantes hacen que la flora y la fauna presenten unas adaptaciones especiales. Han de protegerse del frío y de las radiaciones, y además han de luchar con la inclinación del terreno.
Ecosistema acuático
Se caracteriza por desarrollarse en masas de agua. Se clasifican en dos grandes grupos: el ecosistema de agua salada y el ecosistema de agua dulce.
Ecosistema de agua salada
Este ecosistema está conformado por mares, océanos y marismas. Su principal característica es la salinidad de sus aguas, la cual dependerá de la intensidad de la evaporación y de la cantidad de agua dulce aportada por los ríos.
La diversidad de especies dependerá de factores como la temperatura del agua y la profundidad de la misma.
Ecosistema de agua dulce
Para estos ecosistemas, no existe índice de salinidad. Entre ellos podemos nombrar los ríos, lagos, lagunas y pantanos. La vegetación y la fauna presente en este ecosistema, dependerá de aspectos como el caudal y la regularidad de sus aguas. Hay dos tipos de ecosistemas de agua dulce y son:
Ecosistema léntico
Un ejemplo de este tipo de ecosistema son las lagunas, donde su masa de agua está quieta.
Ecosistema lógico
Un ejemplo de este tipo de ecosistema son los ríos, en los que sus aguas están en constante movimiento.